NOTAS

28/09/2020

Por: María Fernanda Zuluaga Gómez*

Podría decirse que la legalización del #aborto ha sido uno de los temas más debatidos desde la segunda mitad del siglo XX hasta ahora. En América Latina fue Cuba el país que dio el primer paso, en 1965, para que la mujer interrumpiera el embarazo de manera libre en los tres primeros meses de gestación. De este pequeño grupo también hacen parte Uruguay, Guyana, Puerto Rico y Oaxaca y Ciudad de México. No obstante, aún queda un largo camino por recorrer: el resto de países de la región –excepto República Dominicana, Honduras y Nicaragua, que lo tienen completamente prohibido- permiten el aborto solo bajo tres causales: violación, defectos del feto o cuando la salud de la gestante corre peligro.

La lucha de las mujeres y las organizaciones sociales que están a favor del aborto se ha intensificado en el último siglo. Sin embargo, los intentos para lograr una ley que permita el aborto libre han sido “frenados”, generalmente, en el Congreso, por influencia de ideologías conservadoras. Pero, ¿cuáles han sido los actores que han impedido que la cuestión de la interrupción voluntaria del embarazo prospere y cuáles los que han logrado avances significativos? En el presente texto, más que un profundo análisis, lo que se pretende es exponer la evolución del tema del aborto en Colombia desde 1975 hasta el 2006 y hacer una reflexión sobre la influencia que han tenido diversos actores sobre una decisión que atañe únicamente a la mujer.

Para ello, primero se mostrará la evolución cronológica sobre la cuestión, seguido del papel que han jugado las organizaciones sociales y, finalmente, se hará una reflexión sobre esta información.

Cronología de los intentos de despenalizar el aborto y actores en toma de decisión

El papel de los movimientos sociales

Desde la década de los 70 los primeros movimientos feministas abrieron el debate sobre el aborto en Colombia. Luego, ante la negativa de la esfera política del país de despenalizar el aborto y también debido a la alta tasa de mortalidad de mujeres por abortar de manera clandestina, los grupos feministas -en 1989- crearon centros ilegales donde se podía acudir para interrumpir el embarazo de manera segura. Además, generaron espacios de formación sobre la autonomía y el derecho a decidir sobre su cuerpo.

Más adelante, el papel de estos movimientos sociales se volvió especialmente importante porque convirtieron el aborto en un tema político y, por tanto público, que merecía ser discutido.

La campaña de despenalización del aborto fue cogiendo más fuerza y las diversas convenciones llevadas a cabo en la década de los 90 llevaron al reconocimiento de los derechos de la mujer. Hasta que en 2004 organizaciones sociales como La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres y Womens Link Worldwide se unificaron para iniciar un litigio estratégico –a través del proyecto LAICIA - y resolver el asunto del aborto por vía constitucional, “traduciendo sus demandas particulares a un discurso que apelaba a valores e interpretaciones constitucionales compartidas” , que desembocó en la sentencia de la Corte que despenalizó el aborto parcialmente.

El fallo se convirtió en un hito pues fue una de las "primeras decisiones judiciales en el mundo que defiende el derecho al aborto en condiciones de igualdad y la primera Corte Constitucional que se pronuncia sobre la constitucionalidad del aborto dentro de un marcho de derechos humanos" (Ruibal, A.; 2014).

Gracias a estos movimientos sociales, la despenalización del aborto en Colombia ha logrado dar un primer paso muy importante. A esto se le debe sumar la grande tarea que han asumido para 1) garantizar el cumplimiento del fallo de la Corte Constitucional y 2) enfrentarse en las Cortes con los contramovimientos conservadores provida, y funcionarios del Estado, como el exprocurador ultraconservador Alejandro Ordóñez quien, desde la Procuraduría desarrolló "un tipo de movilización religiosa, que ha defendido las posiciones fundamentalistas contra el derecho al aborto que apela a los argumentos constitucionales" (Ruibal, A.; 2014).

Luego, no obstante los importantes logros que han tenido los movimientos sociales en el tema, la guerra continúa, si se tiene en cuenta que la meta es lograr la despenalización total del aborto, lo que significa que la mujer pueda decidir si quiere ser madre o no, tarea para la que las acciones de estos movimientos son fundamentales para reivindicar los derechos reproductivos de la mujer.

Reflexiones finales

1. Pese a la cantidad de veces que se intentó lograr una despenalización del aborto en Colombia por vía legislativa, el Congreso nunca aprobó los proyectos de ley que llegaron al recinto. Incluso, las iniciativas fueron frustradas antes de debatirlas. Esto permite inferir que en Colombia hay una tradición histórica que responde a la ideología conservadora y que es fiel a los intereses y discursos de la iglesia católica. Si bien el país es mayormente católico, esto solo fue una muestra del poder de la iglesia católica y sus valores en el ámbito político y que genera efectos en la población civil.

2. En ese sentido, se evidencia la carga ideológica que tuvo –y tiene- el Congreso de la República. Los argumentos para descartar la despenalización del aborto se centraban en la defensa del derecho a la vida de un feto, dejando por fuera el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.

3. Los congresistas –y en su momento la Corte Constitucional- estaban conformados en su mayoría por hombres. Actualmente se hacen críticas sobre el uso de la palabra patriarcado en los discursos feministas. Pero, ¿acaso esto no es una muestra sólida de que el patriarcado es una realidad y que han sido hombres, precisamente, quienes han decidido sobre la suerte de la mujer?

4. Un hecho adicional y que es importante tener en cuenta es que la voz de la iglesia no solo fue representada ampliamente por los congresistas en su momento, sino que sus ideologías también fueron transmitidas a través de medios de comunicación, reforzando la idea de que el aborto es malo porque acaba con la vida de un niño.

Es evidente que los intereses de la mujer, en relación con sus derechos reproductivos, han tenido –y todavía tienen- una mínima representación en la esfera política. Sin embargo, los movimientos sociales se han convertido en actores fuertes que han jugado un papel determinante a la hora de buscar las herramientas para poder garantizar esos derechos.

Tras 30 años de lucha se logró un avance significativo en la batalla. Pero la guerra continúa.

*Periodista, estudiante de máster en Estudios Latinoamericanos.

Esta autora también escribió: Coronavirus: Una oportunidad para priorizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible

  1. Barraza, C. & Gómez, C. (2009). "Un derecho para las mujeres: La despenalización parcial del aborto en Colombia". Bogotá, Colombia. La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres. Recuperado de: http://www.bdigital.unal.edu.co/54281/1/9789589903605.pdf
  2. Sentencia C-355/06 de la Corte Constitucional. Recuperado de: https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2006/c-355-06.htm
  3. Acrónimo de: Litigio de Alto Impacto en Colombia: La Despenalización del Aborto.
  4. Ruibal, A., citado de Siegel (2004). (2015). "Movilización y contra-movilización legal. Propuesta para su análisis en América Latina". Política y Gobierno. XXII (1). pp. 175-198.
  5. Ruibal, A. (2014). “Movement and counter-movement: a history of abortion law reform and the backlash in Colombia 2006–2014”. Reproductive Health Matters. 22 (44). pp. 42–51